Ingesta de dióxido de cloro para la
COVID-19
Chlorine dioxide
intake for COVID-19
Gustavo
F. Gonzales1,2, Cinthya Vásquez-Velásquez1,2,3
DOI:
https://doi.org/10.36393/spmi.v34i3.609
RESUMEN
Durante muchos años, el dióxido de
cloro ha sido utilizado por su principal característica como desinfectante,
abarcando diversas áreas de aplicación como la sanitaria, alimenticia,
industrial, etc. La evidencia reportada hasta la fecha cita diversos estudios
en modelos animales, desde revisiones sobre la toxicocinética hasta la
aplicación o usos del compuesto. Su poder como bactericida, virucida
y eliminador microbiológico lo convirtió en una fuente de control y
potabilización de aguas. La controversia generada actualmente es sobre el uso
de este compuesto para el tratamiento y control de la COVID-19. Se ha
evidenciado incongruencia con algunos resultados reportados y que su aplicación
en pacientes positivos a SARS-CoV-2 o para prevenir COVID-19 puede tener
efectos adversos, como un acrecentado número de intoxicaciones y, en otros
casos, la muerte. En la presente revisión se detalla, a partir de la evidencia
científica reportada, los efectos de este compuesto sobre la salud y la
interacción con el virus SARS-CoV-2.
Palabras claves: dióxido de cloro,
toxicidad, COVID-19, tratamiento, metabolismo.
ABSTRACT
For many years, chlorine
dioxide has been used for its
main characteristic as a disinfectant, covering various areas of
application such as sanitary, food, industrial, etc.The evidence
reported to date cites various studies in animal models, from reviews
on toxicokinetics to the application
or uses of the compound. Its
power as a bactericide, virucidal and microbiological eliminator made it a source of
water control and purification.The
controversy currently generated is about
the use of this compound for
the treatment and control of COVID-19.There has been evidence of inconsistency
with some reported results and that its application
in SARS-CoV-2 positive patients or
to prevent COVID-19 may have adverse effects, such as an increased number
of poisonings and, in other cases, death. In the present review
it is detailed,
from the scientific evidence reported, the effects
of this compound
on health and the interaction with SARS-Cov-2 virus.
Key
words: chlorine dioxide, toxicity, COVID-19, treatment, metabolism.
INTRODUCCIÓN
El COVID-19 es la pandemia más grave a
nivel mundial desde la pandemia de gripe de 1918 y es causada por un
coronavirus.
Los coronavirus (CoVs)
son virus de ARN de sentido positivo no segmentados que pertenecen a la familia
Coronaviridae y que contienen el genoma más grande
entre los virus de ARN.1 Los coronavirus pueden generar enfermedades
respiratorias leves y/o graves en humanos como el SARS-CoV,
y el MERS-CoV.2 El SARS-CoV-2 o nuevo coronavirus recientemente descubierto en
diciembre del 2019 en Wuhan-China ha generado una pandemia por su rápida
propagación.3
Las interacciones entre la proteína de
la envoltura del coronavirus (E) y su entorno de membrana juegan un papel clave
en la estabilidad y función de la envoltura viral.4 La desintegración de la bicapa lipídica y
dislocación de la proteína E de su entorno de membrana afecta al virus, y este
mecanismo es usado por los desinfectantes para inactivarlos, tales como el
alcohol4; peróxido de hidrógeno5 y sustancias cloradas.6, 7
El estado de emergencia generado desde
marzo 2020 por la pandemia del COVID-19 trajo consigo un fuerte impacto
sanitario, social y económico en todos los países del orbe, debido a los
contagios acelerados y acrecentada tasa de mortalidad. A nivel mundial, debido
al poco conocimiento sobre este nuevo virus respiratorio y a la ausencia de un
tratamiento eficiente, se utilizó estrategias sanitarias que incluían cuarentena, distanciamiento
social, uso de mascarilla, y lavado frecuente de manos8, 9. De manera paralela
surgió información anecdótica para la prevención y tratamiento del COVID-19 con
el uso de sustancias químicas de bajo costo y de fácil acceso. Entre ello
tenemos la recomendación de tratamiento oral con dióxido de cloro, ClO2,
compuesto químico usado en diversas áreas como desinfectante de agua de consumo
humano, aguas residuales y conservador de alimentos; sin embargo, hasta la
actualidad no se tiene un sustento fehaciente como tratamiento inocuo para la
COVID-19.
La presente revisión tiene como
finalidad enumerar las evidencias científicas, basadas en la literatura
disponible en relación al uso del dióxido de cloro.
DIÓXIDO DE CLORO COMO
DESINFECTANTE
El ClO2 es un producto ampliamente
utilizado en superficies, alimentos y tratamiento de aguas de consumo humano y
en aguas residuales por su excelente efecto desinfectante, y como blanqueador
en la industria del papel, entre otros.10,11 Así mismo, actualmente se ha
demostrado su efecto como desinfectante contra el virus SARS-Cov-2.11-14
El ClO2 se adsorbe a nivel de
proteínas (capsómeros) de los virus, donde reacciona con el ácido ribonucleico
del SARS-CoV-2. Ya anteriormente se conocía sobre la eficacia del ClO2 contra
el coxsackievirus B5, el bacteriófago f2, el
rotavirus humano, el poliovirus1, el rotavirus del simio y el ecovirus 1. El dióxido de cloro es potente en un rango
amplio de pH, a una dosis de 1,0 mg/L. Para el SARS- CoV-2 es menos efectivo
que el cloro.
El dióxido de cloro puede inactivar el
SARS-CoV adecuadamente después de 30 minutos de
exposición y a la dosis de 40 mg/L. Además, la inactivación del coronavirus murino
fue exitosa poco después de
la exposición al ClO2 a una dosis de 0,16 ppm/min.11,13 El
ClO2 actúa
desnaturalizando los aminoácidos
cisteína, tirosina y triptófano, siendo mayor la reactividad con cisteína y la menor
con triptófano.
Teniendo en cuenta que SARS-CoV-2
tiene 54 tirosinas, 12 triptófanos y 40 residuos
de cisteína, se asume que el ClO2 en solución
acuosa también actuaría sobre los residuos de proteína conteniendo estos
aminoácidos y con ello podría eliminar el SARS-CoV-2.15 Las tasas de
inactivación de los virus por el ClO2 aumentan a
medida que aumenta el pH o la temperatura, pero muestran diferentes tendencias
con el aumento de las concentraciones de materia orgánica
disuelta (DOM). Tanto los
daños en las proteínas virales como en la región no codificante 5’ dentro del genoma contribuyen a la inactivación del
virus tras la desinfección de ClO 12
2.
EXPOSICIÓN DE HUMANOS
AL DIÓXIDO DE CLORO DURANTE LA DESINFECCIÓN DEL AGUA DE CONSUMO
La
desinfección significa la destrucción de microorganismos patógenos (por
ejemplo: bacterias y sus esporas, virus, protozoos y sus quistes, gusanos y
larvas) presentes en el agua para hacerla potable para uso doméstico.16
La cloración, debido a
su eficiencia de
eliminación y ser
costo-efectivo, es utilizado
ampliamente para la desinfección del agua. Sin embargo, el
proceso de desinfección puede generar varios tipos de subproductos de desinfección
(-600-700 en números) en el agua tratada, como los trihalometanos (THM), ácidos
haloacéticos (HAA), etc., que son perjudiciales para
los seres humanos en términos de citotoxicidad, mutagenicidad, teratogenicidad y carcinogenicidad.16 Basado en lo anterior
se han establecidos varias regulaciones por organismos internacionales para
proteger la salud humana. La idea es eliminar los subproductos de desinfección,
así como sus precursores del agua.17
Los subproductos de desinfección se
forman cuando los desinfectantes
(cloro, ozono, dióxido de cloro o cloraminas) reaccionan con la materia
orgánica natural, los contaminantes antropogénicos, el bromuro y el yoduro
durante la producción de agua potable.18.
El dióxido de cloro (ClO2), es un
desinfectante alternativo al cloro, y se aplica ampliamente en la desinfección
de agua y aguas residuales.12 La manera más extensiva de exposición de dióxido
de cloro en humanos es en el agua de consumo, dado su uso como desinfectante
para potabilizar el agua. El dióxido de cloro no produce los problemas de sabor
y olor que resultan del tratamiento con el cloro debido a que no reacciona con
el fenol.
En comparación con el cloro, el ClO2
reduce en gran medida la generación de productos de desinfección halogenados
2.
tóxicos19,
y el clorito y el clorato son los principales subproductos del ClO 20 En efecto, el dióxido de cloro es un gas muy
inestable y se convierte en diferentes productos al mezclarse con el agua.
En estudios experimentales en ratas,
ratones y pollos ante exposición aguda y crónica tratados con ClO2, ClO2 – y ClO3
- en agua potable se ha evidenciado alteraciones en parámetros hematológicos en
todas las especies evaluadas. Los efectos son generalmente dosis dependiente y
los cambios marcados ocurrieron en las dosis más altas (hasta 1000 mg/l.). En
estudios crónicos, a las ratas se les ha dado ClO2 a dosis de hasta 1000 mg/l.,
y NaClO2 o NaClO3 a hasta 100 mg/l., en el agua potable durante un año. Los grupos
de tratamiento que recibieron ClO2, ClO2 - y ClO3 - mostraron alteraciones en
la morfología de los eritrocitos y fragilidad osmótica; y en las dosis más
altas se produjo anemia hemolítica leve.21 Esto último se debe a que el ClO2
puede oxidar también a la hemoglobina, por lo que l ion ferroso (Fe+2) de la
hemoglobina normal pasa a ion férrico (Fe+3) formando la metahemoglobina. Se
describe en la literatura un caso de una mujer de 28 años que tomó de manera
intencional nitrito de sodio y tuvo un desenlace atal por la
metahemoglobinemia.22
ClO2, ClO2 - y ClO3 - alteran la incorporación
de 3H-timidina en los núcleos de varios órganos de la rata. Estos datos sugieren
la posibilidad de un aumento en la tasa de recambio de la mucosa
gastrointestinal y una inhibición de síntesis de ADN en varios órganos. En esta
última categoría, la mayor preocupación gira en torno a si la aparente
disminución de la síntesis de ADN en los testículos se asociada con una alteración
en la espermatogénesis y daño en la función reproductiva masculina.21 Falta
desarrollar estudios en humanos expuestos a estos productos clorinados.
Lo cierto es que en la última centuria se observa una disminución en la
concentración de espermatozoides en la población masculina.23 En ratas, la
administración de 10 mg/l diario de Cl02 en el agua de bebida aumentó los nioveles de cloroformo en el testículo de ratas.24
Niveles moderados de dos
trihalometanos, el bromodiclorometano y el dibromoclorometano en sangre de varones se asociaron con
disminución del conteo de espermatozoides y disminución de la linealidad de los
espermatozoides en comparación con niveles bajos de estos compuestos,
respectivamente.25
La toxicocinética (Figura 1) de este
compuesto ha sido estudiado en modelos animales usando dióxido de cloro radioactivo
(36ClO2) se basa en una absorción a nivel gastrointestinal, epitelial o dermal,
teniendo como tasa onstante de absorción de 3,77/hora
que es mayor que para ClO3 -, ClO2 -y HClO.36 El tiempo medio de absorción es de
0,18 horas para el dióxido de cloro. En el plasma, el dióxido de cloro tiene
una vida media de 43,9 horas, el ion clorito de 35,2 horas, el ion clorato de
36,7 horas y el ácido hipocloroso de 77 horas.24
Según la Agencia de Protección del
Medio Ambiente, el dióxido de cloro después de ser absorbido se distribuye ampliamente
en diversos tejidos y órganos, siendo principalmente la sangre, el estómago y
el intestino delgado, y menor proporción el pulmón, riñón, hígado, bazo, timo, médula
ósea y testículos (estudios experimentales en modelos murino).26 Así mismo, su excreción
o eliminación se da de forma eficiente en la orina y heces, y en modelo subcrónico oral de dosis pequeñas (hasta 40 ppm) no genera toxicidad
en ratones.27 Estudios recientes muestran que el uso de agua desinfectada con
dióxido de cloro muestra efectos mutagénicos en ensayos in vitro.28
Dado que los productos clorinados presentan toxicidad en el organismo su ingesta
no es recomendada. Por ello llama la atención la propuesta de su ingesta como
una forma de prevenir o
de tratar al
COVID-19, que ha surgido
como alternativa en esta pandemia del COVID-19. La ingesta de clorito de
sodio accidental al 22,4% por un niño de 9 años le produjo efectos adversos
como náuseas, vómitos, diarrea, disnea, metahemoglobinemia e
insuficiencia renal que va
a requerir diálisis
y anemia hemolítica
que va a
requerir transfusión
sanguínea.²⁹ Igual ocurrió
con un hombre de 65 años que accidentalmente consumió
clorito de sodio.³⁰ Un hombre en intento de suicidio ingirió 10 g de
clorito de sodio y presentó metahemoglobinemia, anemia hemolítica e
insuficiencia renal aguda
Los
metabolitos como los cloritos y cloratos son más tóxicos que el mismo precursor
ClO2 en la generación de insuficiencia renal aguda.3
DIÓXIDO DE CLORO COMO
ENJUAGUE BUCAL
Se ha evaluado el dióxido de cloro
para enjuague bucal y se ha demostrado
que no es superior a otros enjuagues bucales.33 Todos los enjuagues bucales
tienen efectos colaterales sustanciales.34 A la fecha no hay estudios
publicados sobre el uso de dióxido de cloro para enjuague bucal y/o spray nasal
en los pacientes con COVID-19.35
INGESTA DE DIÓXIDO DE
CLORO Y COVID-19
Toxicidad
2
Basado
en su potente efecto desinfectante, se ha planteado que la ingesta de dióxido
de cloro podría ser un método útil y de bajo costo para prevenir la propagación
del COVID-19.36 Todo ello a pesar de las evidencias previas de toxicidad del
dióxido de cloro y sus metabolitos a partir de su uso en el agua potable. El
dióxido de cloro (ClO2) al ser ingerido y reaccionar en el agua forma iones de
clorito (ClO -) que son sustancias aún más reactivas
que el mismo dióxido de cloro.37
En Estados Unidos salió un producto,
ahora prohibido, conocido como solución mineral milagrosa en
base de clorito de sodio al 28% que se comercializa para el tratamiento
del COVID-19.38 Este producto aparece hace
más de una
década clamando efectos
importantes en diferentes enfermedades.
Los reportes sobre efectos adversos ya han sido descritos en la
literatura; así en 2014 se reporta un caso de enfermedad de Kikuchi-Fujimoto en
una mujer de 41 años por consumir dichos productos.³⁹.
Según su creador Jim Humble, el producto debe mezclar
tres gotas de la solución de clorito de sodio con una solución ácida como jugo
de limón para formar dióxido de cloro.
Se ha publicado un análisis de los casos del Sistema
Nacional de Datos sobre Venenos (NPDS) de la Asociación Americana de Centros de
Control de Envenenamiento (AAPCC de las siglas en inglés) de la exposición
asociada a dióxido de cloro (que implica la solución mineral milagrosa) de 55
centros de venenos de los E.E.U.U. entre el 1 de enero de 2000-31 de marzo de
2020. Se presentan narrativas para 53 exposiciones con dióxido de cloro. Se
reportó un promedio de cinco exposiciones anuales (rango 3-9) desde 2011. En
85% de casos, los efectos adversos ocurrieron inmediatamente o dentro de las 24
h de exposición; 25% fueron hospitalizados.
En países de la región como Argentina y en el Ecuador se
han notificado un incremento
de casos por intoxicación, debido al uso de
desinfectantes, como el dióxido de cloro, para
el
indizada
y revisada por pares demuestra en un varón de
55 años que la ingesta de dióxido de
cloro para prevenir
la COVID-19 resultó en
insuficiencia renal aguda
y coagulación
La FDA ha reportado de personas con
eventos adversos graves luego de consumir productos de dióxido de cloro. Estos efectos adversos incluyen a
la insuficiencia respiratoria causada por una condición grave donde la cantidad
de oxígeno transportado en la sangre se reduce notablemente
(metahemoglobinemia); a cambios en la actividad eléctrica del corazón (prolongación
de QT), que pueden conducir a anormalidad en los ritmos cardíacos que pueden
llegar a ser fatales; una reducción en la presión arterial potencialmente
mortal que causada por la deshidratación; insuficiencia hepática; recuentos
bajos de glóbulos rojos debido a hemólisis (anemia hemolítica), que requirió
una transfusión de sangre; vómitos severos; y diarrea severa.
Eficacia
contra COVID-19
Al 7 de julio de 2021, no hay ninguna
publicación científica en revistas indizadas y evaluadas por pares que demuestren
que la ingesta por vía oral del dióxido de cloro o derivados es eficaz como
tratamiento o como profilaxis contra el COVID-19.37-49 En nuestra búsqueda
bibliográfica hemos encontrado una publicación en una revista no indizada
basado en un ensayo clínico el cual ha sido registrado en Clinical
trials.gov con número NCT04343742 (Determination of the Effectiveness
of oral chlorine dioxide in the treatment of COVID 19).50 Este
estudio tiene numerosas falencias y baja calidad científica.
Según el registro en el clinical trial.Gov, el estudio fue
aprobado para ser realizado en Bogotá (Colombia) y Madrid (España), lo que no
se ha cumplido en el estudio publicado pues incluyen pacientes de Bolivia,
Perú, Ecuador y México, lo cual de por sí revela una falta a la ética. Los
pacientes del grupo experimental que recibieron dióxido de cloro son de Bolivia
(catorce pacientes), Perú (dos pacientes) y Ecuador (cuatro pacientes). El
grupo control fue de Ecuador (ocho pacientes), Bolivia (siete pacientes),
México (tres pacientes) y Perú (dos pacientes). No se entiende como México
contribuye con dos casos del grupo control
y ninguno para
el grupo experimental. Existen diferencias en el manejo sanitario entre países; igualmente las condiciones hospitalarias
difieren entre países y aún entre
regiones de un mismo país.51,52 Esto demuestra un inadecuado apareamiento pues las
condiciones de un ensayo caso-control requiere que las condiciones en ambos grupos sean exactamente igual
excepto la intervención que es la que se va a evaluar. Este estudio incluye 20 sujetos con COVID-19 en el grupo control
y 20 sujetos que reciben dióxido de cloro (3 000 ppm) en agua como grupo experimental. El grupo control
tienen valores significativamente más altos de proteína C reactiva (PCR) al inicio del estudio que el grupo
tratado con dióxido de cloro (p=0.0398) por lo que no son comparables desde el
inicio. Se ha demostrado que en pacientes hospitalizados por COVID-19
aquellos con niveles
elevados de proteína
C reactiva tienen
un peor pronóstico que aquellos con valores
menores.53 Si los grupos de estudio con y sin intervención no son comparables, en este
caso por tener diferentes valores de marcadores inflamatorios al inicio
del estudio no permiten tener
conclusiones adecuadas de los resultados del estudio. La publicación de Insignares-Carrione
y col.50 no menciona cuales
fueron los criterios
utilizados para asignar a un sujeto como control y a otro para
el tratamiento con dióxido de cloro.
El estudio concluye
que el dióxido
de cloro es efectivo en el tratamiento de COVID-19 haciendo RT- PCR negativo en 100% de casos al día 7, y modificando los síntomas de la enfermedad significativamente y reduciendo
los parámetros de laboratorio a normalidad dentro de los 14 y 21 días. Es de
notar que el grupo control recibió tratamiento antiinflamatorio (ibuprofeno a
dosis entre 200 y 400 mg cada 8 horas),
antibióticos (azitromicina 500 mg
diarios durante cinco días), antihistamínicos (hidroxizina
5 mg cada 12 horas), corticosteroides (generalmente 40 mg de metilprednisolona
cada 12 horas durante tres días y
luego 20 mg cada 12 horas durante
tres días) y medidas de apoyo. El grupo experimental no recibió este tratamiento50.
Se conoce en la actualidad que el uso temprano y de corto plazo del corticosteroide prolongan
la duración de detección de carga viral en la garganta y
prolonga el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 en pacientes
con neumonía por COVID-19.54 Por lo tanto, se podría sugerir que el mayor tiempo de carga viral y mayor sintomatología y alteración de
pruebas de laboratorio se deba al uso temprano de corticoides en el grupo
control. Por lo expuesto, los resultados de este estudio deben ser tomados con cautela.
Los ensayos clínicos deben seguir pautas
metodológicas para asegurar su validez interna y externa. Para ello deben
cumplir con ciertos requerimientos establecido
como la Declaración de CONSORT (Consolidated Standards of Reproting
Trials).55 Para el caso de la pandemia de COVID-19 se
han establecido nuevas guías que adecuan el listado de CONSORT.56 La
Declaración de CONSORT proporciona un conjunto estándar mínimo de elementos que
deben ser reportados en los ensayos clínicos publicados.57 Para buscar una
analogía al uso de un desinfectante como dióxido de cloro, útil para destruir
el SARS-CoV-2 en las superficies pero tóxico cuando se ingiere, podemos decir
que el peróxido de hidrógeno es eficaz para el SARS-CoV-2 como desinfectante5
pero a nadie se le ocurriría tomar agua oxigenada por su toxicidad.58
En
conclusión, no hay evidencia científica que avale su ingesta oral para
prevención ni tratamiento de ninguna enfermedad incluida el COVID-19. A partir
de la evidencia notificada se exhorta a la población peruana no ingerir dióxido
de cloro y que la comercialización de este desinfectante para ingesta oral o
parenteral con fines preventivos o terapéuticos para COVID-19 deben ser
denunciada a las autoridades competentes.
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1 Laboratorio de Endocrinología y Reproducción, Departamento de Ciencias Biológicas y
Fisiológicas, Laboratorio de Investigación y Desarrollo (LID), Facultad de
Ciencias y Filosofía, Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima, Perú.
2 Instituto de Investigaciones
de la Altura, Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima, Perú.
3 Unidad de
Investigación, Dirección de Laboratorio de Salud Pública, Dirección Regional de
Salud, Callao, Perú.
Gustavo
Gonzales: https://orcid.org/0000-0003-1611-2894 Cinthya Vásquez:
https://orcid.org/0000-0002-3326-0437
CORRESPONDENCIA:
Gustavo Gonzales
gustavo.gonzales@upch.pe
Fecha de recepción:
13-07-2021. Fecha de aceptación: 20-08-2021.
Conflicto de interés: ninguno,
según los autores.
Financiamiento: por los
autores.