Reporte de caso
Linfoma NK/T extranodal diagnosticado como celulitis orbitaria refractaria
a tratamiento
Extranodal NK/T lymphoma diagnosed as refractory orbital cellulitisKaryn
DianaTito-Eusebio1,
Dayana
Carolina Gil-Clares2,
Allison
Eliana Yanire Juárez- Pimentel
DOI:
https://doi.org/10.36393/spmi.v34i4.637
RESUMEN
Varón de 60 años, con antecedente familiar
de hermano fallecido con diagnóstico de linfoma de células Natural Killer/T extranodales (LNKTE) tipo
nasal, presentó un cuadro clínico compatible con celulitis orbitaria izquierda y,
posteriormente, deterioro del estado general e insuficiencia hepática. Sin adecuada
respuesta a los antibióticos, la biopsia del párpado reveló un LNKTE. Recibió
tratamiento con quimioterapia y falleció un mes después del diagnóstico.
Palabras claves: Linfoma, extranodal, células Natural Killer/T,
celulitis orbitaria, insuficiencia hepática.
ABSTRACT
A 60-year-old male,
with a family history of a deceased
brother diagnosed with nasal-type Natural Killer/T cell lymphoma
(LNKTE), presented a clinical
picture compatible with left orbital cellulitis and, subsequently, deterioration of general condition and liver failure. Without adequate response to antibiotics, eyelid biopsy revealed
an LNKTE. He was treated with chemotherapy
and died a month after diagnosis.
Keywords: Lymphoma, extranodal, Natural Killer/T cells, orbital cellulite, liver failure.
INTRODUCCIÓN
Los linfomas de células Natural Killer/T extranodales (LNKTE) son
un tipo infrecuente de linfoma no Hodgkin donde la mayoría son de tipo nasal, las
cuales comprenden la vía aérea superior, cavidad nasal, senos paranasales,
laringe y, muy infrecuentemente, las órbitas oculares.1,2 Esta patología es de difícil
diagnóstico. Se presenta inicialmente como inflamación indolora de los párpados
en un paciente con antecedente de sinusitis crónica o recurrente, siendo el
edema y ptosis las manifestaciones más comunes.3-5 Por
ello suele ser diagnosticado como celulitis orbitaria en el 50% de los casos.4-8
El diagnóstico se confirma mediante inmunohistoquímica,
que es el gold estándar. En la patología se evidencia
extensas áreas de necrosis y abundante infiltrado inflamatorio que puede ocultar
células neoplásicas. Por otro
Los pacientes con LNKTE localizado requieren
diagnóstico temprano, ser tratados con terapia combinada (CMT) con radioterapia
y quimioterapia; sin embargo, el pronóstico es usualmente malo debido al
diagnóstico tardío y a la recurrencia o refractariedad al tratamiento.3
PRESENTACIÓN DEL CASO
Varón de 60 años quien fue referido al
servicio de medicina interna por celulitis periorbitaria
izquierda de aproximadamente siete meses de enfermedad refractaria a
tratamientos antibióticos y asociada a insuficiencia hepática.
El paciente debutó con lagrimeo, sensación
de quemazón del ojo izquierdo, seguido de enrojecimiento, edema, ptosis palpebral y signos clínicos de celulitis local
(Figura 1). Posteriormente se agregó insuficiencia hepática, bicitopenia y síndrome febril. Como antecedente, septoplastía hace cuatro meses debido a sinusitis crónica y,
como antecedente familiar, un hermano fallecido por LNKTE nasal.
Asimismo, una tomografía computarizada
(TC) sin contraste de senos paranasales a seis meses del inicio de los síntomas
solo evidenció edema en la región palpebral izquierda (Figuras 2A y 2B).
A su ingreso, en la región palpebral
superior del lado izquierdo se halló una neoformación granulomatosa costrosa,
con secreción mucopurulenta circundante, sin afectación de la agudeza visual ni
movimientos oculares (Figura 3). Edema del miembro superior derecho con algunas
lesiones ulceradas y costrosas ovales, bien delimitadas, no mayores de 3 cm de
diámetro, indoloras; y, una lesión con centro necrótico en la pierna derecha
(Figuras 4 y 5). No se palparon adenomegalias. Pulmones y cardiovascular
normales. Abdomen, blando, con hepatomegalia.
Con el diagnóstico presuntivo de celulitis
orbitaria izquierda con probable absceso periorbitario
se inició tratamiento con vancomicina y piperacilina/tazobactam; sin embargo,
no se observó mejoría. Los exámenes de biometría hemática y química sanguínea
concluyeron pancitopenia, azoemia, alteración del perfil hepático y de coagulación.
Se realizaron tomografías de tórax y abdomen
sin contraste que evidenciaron hepatomegalia, no adenopatías ni otra información
contributoria. Los estudios serológicos para VIH,
hepatitis B, hepatitis C y HTLV1 fueron negativos. Cultivos, Ziehl-Neelsen de secreciones
y esputo negativos. Citología y citoquímica de líquido cefalorraquídeo sin
alteraciones. No se encontró evidencia que sustente la falla hepática.
Figura 1 Edema y eritema del párpado superior izquierdo.
Figura
2. Tomografías sin contraste. (A) plano sagital, aumento de intensidad en región palpebral superior con integridad del globo ocular; (B) plano axial, edema de la región palpebral izquierda con integridad de globo ocular.
El paciente evolucionó desfavorablemente
con persistencia de falla hepática aguda intermitente y pancitopenia, por lo que
requirió transfusiones sanguíneas frecuentes además de rotación a antibióticos no-hepatotóxicos
en dosis ajustadas y finalmente suspensión total de antibióticos.
Figura
3. Lesión costrosa y con secreción purulenta del párpado superior.
Figura
4. Edema del miembro superior derecho y lesiones ulcerosas a nivel de la
muñeca.
Figura
5. Lesión ulcerosa y costrosa, seca y aislada en la región pretibial
derecha.
Se realizó una biopsia de piel de
antebrazo que reportó dermis con infiltrado inflamatorio mixto perivascular, a predominio
linfoplasmocitario, sin evidencia de células
neoplásicas. La biopsia de piel de párpado superior evidenció necrosis de epidermis,
infiltración plasmocitaria mas no se encontró granulomas,
las tinciones de PAS y Ziehl-Neelsen resultaron negativas (Figura 6). Se
repitió la biopsia del párpado para estudios histológicos e inmunohistoquímica
cuyos hallazgos fueron: VEB-, CD20-, CD3+, CD45ro-, CD8+ y ki67+ 67%. Los
resultados fueron reportados por el servicio de patología como linfoma no Hodgkin
fenotipo T variante NK.
Con el diagnóstico de LNKTE primario de órbita estadío
clínico IIE se inició tratamiento con tres cursos de quimioterapia con esquema SMILE
(dexametasona, metotrexato, ifosfamida, L-asparginasa y
etopósido) más FEC (filgastrim),
antibioticoterapia con linezolid y piperacilina/tazobactam.
El paciente cursó con evolución tórpida y falleció por falla orgánica múltiple.
Figura 6. H-E. Dermis un denso infiltrado inflamatorio mixto que se extiende hasta el tejido celular subcutáneo, constituido por linfocitos, células plasmáticas y neutrófilos. La mitad de las células son de tamaño mediano y en menor proporción células grandes y pequeñas. Los linfocitos tienen tendencia a invadir y destruir vasos sanguíneos.
DISCUSIÓN
Los LNKTE involucran mayormente el
área nasal y de los senos paranasales de los cuales, el primero representa el
87% de los LNKTE, seguido de la piel en 5,4%, tracto gastrointestinal en 3,6%,
tejido celular subcutáneo 3,8% y testes en 1,8% de prevalencia.9 Los linfomas extranodales orbitales y periorbitales,
constituyen el 3% de tipo B mientras que son excepcionales los de tipo NK/T.2 Los
LNKTE orbitales y periorbitales pueden ser de tipo
primario o secundario al LNKTE nasal u otras partes del cuerpo.10 Ante la
presencia de LNKTE extranasales, es relevante
descartar la extensión del tipo nasal primario.11 Los LNKTE ocular asociados a
piel son muy raros y de mal pronóstico, y es más frecuente que sea secundario
al tipo nasal.12
En el reporte del caso, el paciente
con antecedente de sinusitis crónica, no evidenció clínica de patología nasal
durante su estancia hospitalaria, además y no se demostró lesiones erosivas en
la región nasal ni senos paranasales, por lo cual su abordaje se centró en las lesiones
del párpado superior y, posteriormente, en las lesiones ulcerativas de piel.
La población afectada por
linfomas NK/T es
mayor en Asia y Sudamérica con incidencias del 5,2% y 3%,
respectivamente, en comparación a Europa y Norteamérica cuyas incidencias son
del 0,3%.3 El grupo etario más afectado es el masculino respecto al femenino, a
razón de 2:1, y suele aparecer en la quinta década de vida y se asocia a la
infección por VEB.2,13 Nuestro paciente se encontraba en el grupo etario y sexo
de mayor prevalencia; y, por otro lado, tuvo serología negativa para VEB.
En el 2018, se reportó el caso de dos
hermanos varones con LNKTE, en China, de los cuales el mayor de 35 años
falleció posterior al tratamiento y el hermano menor de
18 años presentó remisión de
la enfermedad posterior al tratamiento. Sin embargo, tres
años después fue diagnosticado de leucemia mieloide crónica y falleció por complicaciones
relacionados al trasplante de médula ósea seis años después del diagnóstico de leucemia.
Un hermano en común y los familiares de primer grado no evidenciaron alguna afectación
neoplásica hematológica. Se encontró la mutación de la línea germinal del FAM1600AL
en los casos de LNKTE nasal familiar, así como en otros cánceres.14 Pese a los
avances científicos, la predisposición genética como factor de riesgo es desconocida
y la presencia de familiares con linfoma NK/T son extremadamente raros.15 En el
caso que se presenta, el paciente tuvo un hermano menor que fue diagnosticado con
LNKTE nasal, recibió tratamiento y obtuvo mejoría, sin embargo, dos años después
falleció por recidiva de la enfermedad.
Los
LNKTE oculares suelen
ser diagnosticados por primera
vez como celulitis orbitaria (10) o pseudotumor que
evoluciona rápidamente a ptosis orbitaria.5,10 Además,
se describen movimientos extraoculares limitados, inflamación orbitaria como
uveítis, vitreítis, infiltrados de la órbita y
afectación de la retina como lesión macular y desprendimiento de retina.2 Se ha
descrito LNKTE sinoorbital con
edema periorbital, diplopía, ptosis,
descarga nasal y antecedente de rinosinusitis crónica y biopsia de pólipo nasal
sin evidencia de malignidad.16 Se registra además lesiones ulcerosas de párpado
superior dolorosas o no dolorosas, lesiones limitadas a la región ocular y
otras acompañadas de úlceras de piel.10 En el presente caso, el paciente
presentó signos clínicos de celulitis periorbitaria
que evolucionó a lesión costrosa y necrótica sin afectación de la agudeza
visual ni de movimientos oculares. Se acompañó de ulceras periféricas de piel que
no cicatrizaban y áreas necróticas con signos de flogosis.
En el diagnóstico LNKTE primario de
órbita EC IIE, se consideró daño hepático secundario a antibióticos; sin
embargo, no se realizó biopsia hepática que confirme metástasis ya que el
estudio de imágenes suele ser insuficiente. El daño hepático inducido por
antibióticos se presenta en 14-19 casos de 100 0000 habitantes y puede
presentarse tardíamente,
desde semanas, como la amoxicilina, o años, como
la nitrofurantoína. Para la mayoría de pacientes, el pronóstico
es favorable; sin embargo, ante la ictericia, el 10% tiene riesgo de muerte o
requiere trasplante; la edad avanzada también es un factor de riesgo.17 A
nuestro paciente, a quien no se le evidenció falla hepática crónica antes, presentó
insuficiencia hepática luego de siete meses después del inicio de los síntomas periorbitarios y tres meses después de la administración de
diversos antibióticos. El paciente recibió sucesivamente amoxicilina más ácido clavulánico,
oxacilina, clindamicina, ceftriaxona, piperacilina-tazobactan,
fluconazol, y vancomicina. En el paciente, el edema de extremidades,
hipoalbuminemia e ictericia mejoraban momentánea y discretamente con la suspensión
de antibióticos, por lo cual se hizo la asociación.
El LNKTE raramente se presenta de
forma diseminada, cuando esto ocurre puede infiltrar el hígado causando falla hepática.3
Se reportó un caso donde un paciente varón de 33 años recibió quimioterapia
debido al diagnóstico de LNKTE nasal, luego presentó falla hepática aguda que se catalogó como secundario a la
quimioterapia hasta que el estudio
inmunohistoquímico confirmó metástasis hepática.18 Asimismo, se publicó un caso
de un paciente varón que ingresó por fiebre, malestar general y anorexia,
enzimas hepáticas elevadas, hepatoesplenomegalia y linfadenopatía
perihepática y paraaórtica;
los estudios determinaron LNKTE de tejido hepático; luego, el paciente se
complicó con necrosis de sigmoides y afectación ocular, como hipopion y disminución de la agudeza visual, que
progresaron pese a quimioterapia y radioterapia; y, finalmente, se agregó un
síndrome hemofagocítico.19 En nuestro caso, la falla hepática ocurrió meses después
de las lesiones oculares y no se evidenció adenomegalias en las tomografías por
lo que no se investigó lesiones metastásicas; no obstante, hubo hepatomegalia,
hipoalbuminemia, bicitopenia, fiebre y deshidrogenasa
láctica elevada.
La
tomografía computarizada (TC)
y la resonancia magnética nuclear (RMN) realizadas
a los pacientes con diagnóstico de linfoma NK/T son inadecuadas ya que no pueden
evidenciar las afectaciones subclínicas u ocultas en nariz ni en otros sitios
anatómicos; por tanto, los datos no se consideran confiables.2,3 Sin embargo,
la tomografía por emisión de positrones (PET/TC) es la imagen estándar para el
linfoma NK/T; por ende, en los tipos no nasales se debe realizar PET/TC con fluoriodesoxiglucosa F18 con el objetivo de excluir un
LNKTE nasal primario oculto.3 Nuestro paciente tuvo TC sin contraste en dos
oportunidades donde se evidenció signos de sinusitis sin otro dato contributorio.
Las lesiones por LNKTE presentan
necrosis y abundante infiltrado inflamatorio, por lo que las biopsias requieren
de muestras extensas y profundas en cuña realizados por personal entrenado6,16,
haciendo uso de endoscopías de senos paranasales8, preparación quirúrgica o
anestesia general.4 Los informes de las muestras a menudo son inconclusos o
negativo, por lo que suelen ser sucesivas.4,8,6,16,20 Histológicamente se
observa infiltrado de células neoplásicas, vistas como
linfocitos granulares grandes y angiodestrucción,
lo que produce necrosis local. En el caso del paciente, un estudio previo de
biopsia de párpado se informó como necrosis e inflamación sin evidencia de neoplasia, por lo que se
repitió el procedimiento. La biopsia reveló dermis con áreas de tejido
fibroso, hemorragia y necrosis, además focos de infiltrado linfoide de aspecto atípico.
El diagnóstico definitivo del LNKTE se obtiene mediante inmunohistoquímica,
donde las células del linfoma expresan los inmunofetipos
típicos de C2+, CD3- de superficie, CD56+, moléculas citotóxicas y la infección
de las células por el VEB.3,10 Una serie de casos de 21 pacientes con LNKTE
ocular evidenció en todos CD3 citoplasmático, CD56, moléculas citotóxicas y ADN
codificado de VEB.10 En el caso clínico expuesto, se realizó inmunohistoquímica
para identificación de células atípicas mediante biomarcadores CD3, CD8, los
cuales resultaron positivos; CD20, CD45 y VEB negativos, además el índice
proliferativo Ki67 positivo en el 67%. Estos hallazgos histológicos e inmunohistoquimicos correspondieron al linfoma no Hodking, fenotipo T, variable NK. Finalmente, en las formas
diseminadas de LNKTE se pueden evidenciar hemofagocitosis
en el hígado, bazo y médula ósea que producen insuficiencia hepática, hiperferritinemia y pancitopenia.3 En nuestro caso, un
mielograma previo de cresta iliaca no evidenció hemofagocitosis
ni alteraciones de las serie mieloide y linfoide. Por tanto, no se determinó el
origen del linfoma mediante estudios especiales de imagen e inmunohistoquímicos
ya que no se descarta que fuera nasal tipo primario por los antecedentes
patológicos de sinusitis crónica y antecedentes familiares; así mismo no se
concluyó el origen del daño hepático mediante estudios inmunohistoquímicos.
En la última década, la radioterapia y
la quimioterapia basada en asparginasa y sin
antraciclinas mejoraron el pronóstico de la enfermedad. El tratamiento de los LNKTE
difiere en la etapa temprana y avanzada: la radioterapia es la piedra angular
de intención curativa en la enfermedad localizada pero no cuando está diseminada
ya que presenta una
supervivencia prolongada en estadio temprano.21-23 La quimioterapia es el pilar de tratamiento en fases avanzadas. El protocolo SMILE
(dexametasona, metrotexato, ifosfamida, L- asparginasa y etopósido) es el más empleado
como quimioterapia por su alta
eficacia en etapas
tempranas de la enfermedad pero presenta alta toxicidad, por lo que su beneficio es a corto plazo.21-24
El régimen PGEMOX (pegaspargasa, gemcitabina, oxaliplatino), antes conocido como GELOX (gemcitabina, L-asparginasa, oxaliplatino),
seguido de radioterapia en pacientes con LNKTE en estadíos
IE y IIE demostró beneficio a largo plazo y buen perfil de seguridad por su
baja toxicidad; y, el DDGP
(dexametasona, cisplatino, gemcitabina y pegaspargasa) que
demostró mejor tolerancia y mayor efectividad en LNKTE avanzados
recién diagnosticados respecto al SMILE.25,26
Por lo tanto, se recomienda radioterapia más quimioterapia basada en asparginasa en fases tempranas; y, quimioterapia basada en asparginasa con o sin radioterapia aunado a transplante autólogo de células madre o inmunoterapia.27
Nuestro paciente recibió tres sesiones de quimioterapia SMILE sin radioterapia.
El pronóstico está relacionado con la ubicación
y el estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico, inicio tardío de
tratamiento y la toxicidad del mismo.4,9,22 En general, el pronóstico del LNKTE
es pobre. Se reportó que la supervivencia a 5 años en pacientes con enfermedad
nasal fue 54% en contraste con los pacientes de enfermedad extranasal
34%.7,8,24 En una serie de casos de LNKTE con compromiso ocular, se describe
una mortalidad de 77,8%, teniendo peor sobrevida los LNKTE ocular primario,
5.1±6.5 meses, en comparación con LNKTE nasales con extensión ocular, 56.5±87.7
meses.5 Otros factores de mal pronóstico son los niveles de VEB en el plasma o
la médula ósea y la toxicidad del tratamiento, por ello los pacientes deben
estratificarse de manera que la intensidad del tratamiento se pueda modificar
de acuerdo con el riesgo individual de cada paciente.11,22 Existen varios modelos
como el Índice de pronóstico internacional (IPI), el Índice de pronóstico de
Corea (KPI) y el Índice de pronóstico del linfoma asesino natural (PINK)que fueron
validados para pacientes con linfoma de células Natural Killer/T
(LNKT), de los cuales la enfermedad en estadio III o IV, el compromiso de ganglios linfáticos
distales y la enfermedad no nasal se
asocian significativamente con la supervivencia.23 El índice de riesgo revisado
por normograma (NRI) considera la edad mayor de 60 años, deshidrogenasa láctica
(DHL) elevada, entre otros de mal pronóstico. 23 El
caso clínico que presentamos presentó un tiempo de supervivencia de 10 meses
desde el inicio de los síntomas hasta su fallecimiento, con factores de mal
pronóstico como el LNKT en región ocular periorbitaria,
los niveles elevados DHL, el compromiso probable de piel y la terapia SMILE en
un paciente con falla hepática y síntomas B establecidos.
En conclusión, el diagnóstico del LNKTE
periorbitario se sugiere ante la presencia de
celulitis palpebral que evoluciona a
lesiones necróticas, costrosas
y ulceradas refractarias a tratamiento antibiótico con resultados de
biopsia repetitivos no concluyentes; pueden presentarse acompañados de falla
hepática aguda.
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1 Médica
residente de medicina familiar. Universidad Ricardo Palma. Centro de Salud I-3
Chacarilla de Otero, San Juan de Lurigancho, Lima, Perú.
2 Médica
residente de medicina interna. Universidad Ricardo Palma. Hospital II Luis
Negreiros Vega-EsSalud, Callao, Perú.
3 Médica-cirujano.
Egresada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.Villa
Panamericana-EsSalud.Villa El Salvador, Lima, Perú.
Tito-EusebioK,
Gil-Clares D, Juárez- Pimentel A. Linfoma NK/T extranodal diagnosticado como celulitis orbitaria
refractaria a tratamiento. Rev Soc
Peru Med Interna.
2021;34(4):190-195. DOI: https://doi.org/10.36393/spmi.v34i4.637
CORRESPONDENCIA
Dayana Carolina Gil-Clares crousy_sum41@hotmail.com
Fecha de recepción: 25-10-2021.
Fecha de aceptación: 30-11-2021.
Conflicto de interés: ninguno, según los autores.
Financiamiento: por los
autores.