Reportes de caso
Tuberculosis
sistémica: un caso durante la pandemia del COVID-19
Systemic tuberculosis: a case
during the COVID-19 pandemic
DOI: https://doi.org/10.36393/spmi.v35i2.669
Alessandra
Maggi-Panato
Interna
de medicina. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Clínica Tezza, Lima, Perú.
Manuel
Carpio-Tumba
Medicina general.
Clínica Tezza, Lima, Perú.
Robert
Cumpa- Quiroz
Medicina interna.
Clínica Tezza, Lima, Perú.
RESUMEN
Paciente varón de 33 años, que fue
traído por su esposa al Servicio de Emergencia por cambios en su conducta.
Tenía el antecedente de aumento de volumen de la rodilla derecha y una úlcera
en dicha articulación. Durante la hospitalización se observó daño
multisistémico. El estudio anatomopatológico evidenció la presencia de
tuberculosis sistémica, afectando rodilla, pulmones, cerebro y riñones. Con el
tratamiento antituberculoso, el paciente progresó rápidamente hacia la mejoría.
Palabras
clave: monoartritis,
tuberculosis, miliar, meningoencefalitis.
ABSTRACT
A 33-year-old male patient,
who was brought
by his wife
to the Emergency
Service for changes in his behavior. He had a history of
increased volume of the right
knee and an ulcer in that joint.
Multisystem damage was observed during
hospitalization. The pathological study evidenced the presence
of systemic tuberculosis, affecting the knee,
lungs, brain and kidneys.With anti-tuberculosis
treatment, the patient progressed rapidly towards improvement.
Keywords: monoarthritis, tuberculosis, miliary,
meningoencephalitis.
INTRODUCCIÓN
La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada
por micobacterias del complejo Mycobacterium
tuberculosis, bacilos ácido-alcohol resistentes. Además, es una de las
infecciones más prevalentes, siendo los seres humanos los únicos reservorios de
dicha bacteria, puede comprometer cualquier órgano del cuerpo y es considerado
un gran desafío de salud pública dado que muestra pocas señales de disminución. 1
En el Perú, durante el 2020 se registraron 21 443 casos nuevos de TB (tasa de incidencia 65,72 por 10 0000 habitantes). Esta cifra representa una disminución del 25,78% en el registro de casos nuevos respecto al año anterior (http://www.tuberculosis.minsa.gob.pe). El órgano que se afecta generalmente es el pulmón, y que puede diseminarse a cualquier órgano del cuerpo. Del total de casos, 18,36% fue de compromiso extrapulmonar y tan solo 3% de compromiso osteoarticular del total de casos de tuberculosis, siendo las articulaciones más frecuentemente afectadas rodilla y cadera.2
El retraso en el diagnóstico también
es un factor para considerar al momento de la propagación de la infección, dado
que el acceso a los servicios de salud se ha visto mermado por el temor a un
probable contagio del virus SARS-CoV-2, así que el paciente no recibe una
atención exhaustiva al inicio de sus síntomas.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente masculino de 33 años
que fue llevado al Servicio de
Emergencia debido a que su esposa nota cambios en la conducta: “se niega a darme la clave del cajero”,
“contesta el celular, pero no conversa”. Además, notan irritabilidad
emocional. Refieren que hace aproximadamente un año fue evaluado
en un hospital ambulatoriamente debido a dolor
persistente en la rodilla derecha, por lo que se le realizó artrocentesis, presentando un líquido sinovial
inflamatorio de 2 600 leucocitos/mm3, tinción Gram y cultivo de gérmenes comunes negativos. En esa
ocasión, recibió tratamiento sintomático, sin mejoría. Ante persistencia del dolor en la rodilla, recibió
inyecciones intraarticulares con alivio temporal del dolor, pero sin una
remisión completa. Luego de seis
meses, notó la aparición de una úlcera en la región interna de la rodilla
derecha, con escasa secreción. Como la atención médica estuvo restringida
debido a la pandemia por COVID-19,
no fue evaluado. En los meses siguientes desarrolló edema en los miembros
inferiores incluso alcanzando la región escrotal. Fue evaluado por un médico y recibió medicamentos que
disminuyeron los edemas. Ante la
persistencia del dolor articular con aumento
marcado de volumen de miembros inferiores que dificultan la deambulación, aparición de fiebre intermitente en las cuatro semanas
previas al ingreso y cambios en el comportamiento, fue llevado al Servicio de
Emergencia. Durante toda la evolución de su enfermedad no presentó síntomas respiratorios.
Funciones biológicas: Apetito
disminuido con baja de peso no cuantificada en los últimos meses. Al examen
físico: Temperatura 38 °C, SatO2 98%. Se observó una lesión ulcerativa en la
rodilla derecha, de márgenes delimitados, sin secreciones (Figura 1). Edema con
fóvea 2+/4+ en ambos miembros inferiores y región escrotal. Pulmones,
cardiovascular y abdomen sin alteraciones. Neurológico: poco colaborador al
examen, con comprensión escasa de órdenes y discurso pobre, hipofonía y
laconismo; sin signos de focalización ni rigidez de nuca.
Figura 1. Lesión
ulcerativa crónica de la rodilla derecha.
Exámenes auxiliares: creatinina sérica
1,57 mg/dl, PCR 95 mg/L, urea 56 mg/dl, sodio 117 mmol/L, cloro 88 mm/L, potasio
3,49 mmol/L, acidosis metabólica y alcalosis respiratoria; examen de orina:
leucocitos >900/ µL, hematíes 1 667 µL), proteinuria 2+, sin presencia de
Figura 2. Radiografía
de tórax: patrón miliar pulmonar bilateral.
Figura 3. erosión
en ambos cóndilos femorales, engrosamiento sinovial, signos
de patela alta y disminución del espacio articular femorotibial a predominio lateral.
Figura 4. TEM
abdominal: Dilatación pielocalicial de ambos riñones.
Figuras 5a-5c. RMN.
Presencia de múltiples lesiones hiperintensas en T2 y FLAIR en la región
cortico-subcortical frontal bilateral, lesiones en el cuerpo calloso y en la
sustancia blanca periventricular, cuyo diagnóstico diferencial incluye
vasculitis infecciosa.
cilindros, nitritos o gérmenes.
Hemograma: leucocitos 12 690/mm3 con 1% de abastonados, Hb 8,3 g/dl. Proteínas
totales 5,12 g/dl, albúmina 2,08 g/dl. Transaminasas TGO 39 U/L, TGP 26 U/L,
fosfatasa alcalina 196 U/L (VN 40 - 129) U/L y GGTP 97 U/L (15-60 U/L).
Radiografía de tórax al
ingreso, la cual evidenció un patrón miliar pulmonar bilateral (Figura 2).
Radiografía de rodilla
derecha: erosión en ambos cóndilos femorales, engrosamiento sinovial, signos de
patela alta y disminución del espacio articular femorotibial a predominio
lateral sugerente de artritis de larga evolución (Figura 3).
Ecografía abdominal: aumento
de volumen de ambos riñones a predominio derecho, sin compromiso hepático. TEM
renal: cambios inflamatorios en el riñón derecho y signos de nefropatía crónica
en riñón izquierdo asociado a dilatación pielocalicial
y ureteral (Figura 4). Ecografía de rodilla derecha: colección de alta densidad
y también signos de erosión ósea del platillo tibial. TEM cerebral: áreas
hipodensas subcorticales en ambos lóbulos frontales, formación quística en el
hemisferio cerebeloso derecho. RMN cerebral: presencia de múltiples lesiones
hiperintensas en T2 y FLAIR en la región cortico-subcortical frontal bilateral,
que se asocia a lesiones en el cuerpo calloso y sustancia blanca periventricular.
Estas lesiones presentan restricción a la difusión. Por sus características son
inespecíficas y el diagnóstico diferencial incluye vasculitis infecciosa
(Figura 5a-5c). Las imágenes fueron realizadas sin contraste, limitadas por la
azoemia del paciente.
Se realizó una artroscopía y
el estudio del líquido sinovial: leucocitos 2+, BAAR positivo. Cultivo de
tejido sinovial, en medio de Löwenstein-Jennsen: se
aisló Mycobacterium tuberculosis complex.
Figuras 6a y 6b. Necrosis,
hemorragia y denso infiltrado linfoplasmocitario e histiocitario que infiltra sinovia. Figuras 6c y 6d:
extensas áreas de necrosis rodeada de infiltrado linfoplasmocitario e histiocitario con células
gigantes multinucleadas. Figuras
6e y 6f: granulomas aislados
con histiocitos epitelioides.
Estudio anatomopatológico del tejido: sinovitis crónica granulomatosa necrotizante con ocasionales células gigantes multinucleadas (Figuras 6a-6f).
DISCUSIÓN
La prevalencia de TB
diseminada llega cerca del 2% de casos y suele reportarse hasta seis meses
después de la primoinfección y muchas veces debido a su naturaleza inespecífica puede
pasar desapercibida.3 Dentro
del espectro de TB
osteoarticular, la espondilodiscitis tuberculosa (mal de
Pott) es la más frecuente, alcanzando hasta el 50% de casos y cuya afección
usualmente se instaura en columna dorsal.4 La artritis periférica suele ser monoarticular crónica y es más común en articulaciones
grandes como cadera (15%) y rodilla
(15%), aunque cualquier articulación puede afectarse.4 En el 50% de
los casos que presentan TB osteoarticular, no existe evidencia de compromiso
pulmonar, siendo entonces, la vía hematógena (más común) o
linfática el mecanismo principal de infección en estos pacientes, la cual, al no ser bacilífera
tiene posibilidad de contagio nula.5
La respuesta inmune adecuada
de los pacientes inmunocompetentes está mediada por linfocitos T CD4+, IL-2, TNF-alfa e IFN-gamma, los
cuales en conjunto con los
macrófagos y células dendríticas podrán controlar la infección y provocar
una fase latente
de la enfermedad. Sin
embargo, en algunos pacientes esta fase de control suele estar frustrada y
permite que la enfermedad permanezca activa o se reactive más adelante.6
La diseminación hematógena puede darse como resultado de una infección primaria
(en su mayoría pulmonar), o debido a la reactivación de un foco latente de infección con la probable afectación de otros órganos como
lo fueron en este caso el sistema
nervioso central, el aparato genitourinario y osteoarticular. La fisiopatología
de diseminación es a través de vía linfática de macrófagos infectados del sitio de primoinfección (pulmones) hacia los grupos ganglionares o por medio de la
sangre a órganos directos y ello origina el
crecimiento de bacilos tanto en el foco inicial como en los focos secundarios de infección provocando una infección
progresiva en la mayoría de los casos.7
A pesar de que el paciente no
presentaba síntomas de dificultad o probable
afectación respiratoria, la radiografía
de tórax mostró un patrón miliar difuso en ambos campos pulmonares, confirmado
con una TEM de tórax. La enfermedad
pulmonar miliar se define como la presencia de nódulos difusos bilaterales
menores de 3 mm de diámetro.8 El caso expuesto
corresponde a un patrón miliar
de distribución aleatoria, el cual sugiere una diseminación hematógena de la enfermedad. Este subtipo no es exclusivo de TB miliar, ya que el
diagnóstico diferencial incluye además etiologías metastásicas (carcinoma de
tiroides, carcinoma de mama, melanoma, carcinoma de pulmón) y otras infecciosas (candidiasis,
blastomicosis, etc.).4
La radiografía
de rodilla derecha evidenció osteopenia yuxtaarticular, erosiones marginales y disminución gradual del espacio articular. Estos hallazgos tardíos
conforman la tríada de Phemister, la cual sugiere
el diagnóstico de artritis
tuberculosa.9 Dicha imagen muestra además la elevación de la rótula,
lo que corresponde al signo de la patela alta10 que tiene como una
de sus principales causas a la efusión articular, la cual fue reportada en la ecografía
junto con las erosiones marginales. Cabe indicar
que la ecografía es una técnica más sensible que la
radiografía para la detección tanto de efusión
articular como de erosiones, aunque menos que
la resonancia magnética y la tomografía computarizada, respectivamente.11
El paciente fue
sometido a artroscopía diagnóstica, aislándose Mycobacterium tuberculosis complex. El estudio del líquido sinovial por lo
general muestra un líquido no hemorrágico, turbio y xantocrómico.
El conteo de leucocitos oscila entre 10 000 y 20 000 células/mm3, con predominio de polimorfonucleares. La
biopsia sinovial, considerada el gold estándar para
el diagnóstico de artritis TB, presenta granulomas caseificantes
hasta en el 80% de especímenes.12
Los métodos microbiológicos convencionales como el frotis y cultivo tienen una utilidad limitada en artritis TB dada
su baja sensibilidad y especificidad, debido a la naturaleza paucibacilar de esta enfermedad.13
Dentro de las herramientas diagnósticas se encuentran los cultivos, en este
caso, se decidió realizar el cultivo en líquido de sinovia ya que el compromiso
osteoarticular fue la forma de presentación de este caso. De no haber sido positivo, la fibrobroncoscopía con biopsia pulmonar sería el método
diagnóstico de elección, debido a la presencia
de compromiso pulmonar en la radiografía de tórax.
En el caso de una presentación más aguda -lo cual no sucedió con este caso- no hubiera
sido adecuado retrasar
la broncoscopia.14
En este caso, el paciente
tuvo además de la propia alteración osteoarticular, afectaciones
multisistémicas a nivel renal (proteinuria, leucocituria y hematuria, elevación
de urea y creatinina) examen de orina
demostró una función renal alterada
con proteinuria además de creatinina y urea en
rangos elevados. y del sistema nervioso central. A pesar de que, en
etapas iniciales, la TB renal puede no mostrar cambios en la ecografía, en este caso
la descripción confirmó que, por medio de vía
hematógena, el riñón también había
sido afectado. La TB genitourinaria es una de las formas extrapulmonares más
frecuentes de la enfermedad, con mayor prevalencia en varones jóvenes.
La descripción de la
ecografía coincide con el tipo
I de la clasificación ecográfica de TB renal propuesta por Rui et al, la cual usualmente sólo necesita tratamiento médico.15.
Los hallazgos tomográficos de riñones
fueron compatibles con los
esperados en TB renal. La TEM permite observar cambios tempranos las lesiones parenquimales y la dilatación
pielocalicial. En aquellos pacientes en que no se observan lesiones sugerentes en las
imágenes, se recomienda la aspiración con aguja fina para cultivo.16
Uno de los
principales motivos de ingreso del paciente fue el comportamiento anormal,
sugiriendo afectación del SNC. La afectación cerebral por TB suele ocurrir
hasta en 1% de pacientes. La típica lesión anatomo-patológica
es el tuberculoma -formado por células epiteliales, células gigantes y linfocitos que rodean
un centro necrótico caseificante-, pudiendo también
existir en ausencia de meningitis tuberculosa.17 Generalmente, son
únicos y se acompañan de síntomas de una masa cerebral, destacando las
convulsiones, cefaleas y signos de focalización neurológica. En nuestro caso,
el paciente refería cambios conductuales que hizo sospechar de una lesión a
nivel frontal (localización más frecuente del tuberculoma) y que luego
fue confirmada con la TEM y RMN. La hiponatremia severa probablemente se debió
a un síndrome de hormona
antidiurética (SIHAD) asociado a compromiso neurológico por la presencia del tuberculoma y los signos propios de meningitis tuberculosa
en la región supraquiasmática que fueron observados en los estudios
imagenológicos.18 A pesar
de haber corregido la hiponatremia, los síntomas conductuales eran evidentes y
se corrigieron solo después de haber iniciado el tratamiento antituberculoso.
La TB
cutánea abarca <1-2%
de todos los casos de tuberculosis, comprende un
amplio espectro de manifestaciones que han sido clasificadas de diversas formas y que en la actualidad la manera
más útil de agruparlas clínicamente se basa en la patogenia, presentación clínica y hallazgos
histológicos.19 De esta forma tenemos
tuberculosis cutánea de origen endógeno, exógeno y las de diseminación hematógena. Este último
grupo incluye al lupus vulgar, diseminación hematógena aguda y los nódulos o abscesos. El lupus vulgar es
la variante más común de tuberculosis cutánea, usualmente benigna y que
desarrolla un curso crónico y progresivo; y,
se han descrito cinco
variantes: queratósica o placa, hipertrófica, plana,
ulcerativa y atrófica.20 En Canadá, Boretta
y Green reportaron el caso de un
varón de 25 años originario de la India
con un tiempo de enfermedad de cuatro meses que
presentó una úlcera no cicatricial de bordes definidos en rodilla derecha
a la cual realizaron una biopsia por punción
que mostró inflamación granulomatosa necrotizante sin bacilos ácido-alcohol
resistentes y en el cultivo del borde de
la lesión se aisló M. tuberculosis.
La úlcera se resolvió tras la administración de tratamiento antituberculoso.21
Esta descripción coincide con el presente caso, aunque no se pudo concretar la biopsia de la lesión cutánea pero
también hubo notable mejoría luego del tratamiento. Los cultivos, los frotis y la histopatología a menudo no detectan
al M. tuberculosis en las variantes paucibacilares de la tuberculosis cutánea, asimismo los
cultivos y frotis no son útiles para el diagnóstico de
tubercúlides, en las que las micobacterias no son detectadas en las lesiones
cutáneas.13 Se hizo el diagnóstico de TB diseminada con compromiso osteoarticular, renal,
pulmonar, sistema nervioso central y
dérmico. Se inició tratamiento antituberculoso con isoniazida, rifampicina,
pirazinamida y etambutol por dos meses y, actualmente,
viene recibiendo tratamiento con isoniazida
y rifampicina en su segunda fase. Luego de 24 horas de iniciado el tratamiento,
el paciente presentó una caída drástica en el conteo plaquetario (95 000/ mm3), reacción
adversa atribuida a rifampicina en vista que se resolvió con el retiro
temporal del medicamento. La trombocitopenia inducida por rifampicina es un efecto secundario común y potencialmente
fatal.22 Fue descrita por primera vez en 1970 por Blajchman, quien propuso
la presencia de anticuerpos fijadores del complemento.23 Ésta se desarrolla más frecuentemente en los pacientes que reciben dosis
mayores a 600 mg diarios, dosis intermitentes,
irregulares o aquellos que retoman el tratamiento.24 Algunos autores proponen la suspensión definitiva de la rifampicina
y que se contraindique su reintroducción23,24; sin embargo,
en este caso se optó por el reinicio de rifampicina y no se presentó
trombocitopenia. Asimismo, hubo elevación de transaminasas solo después de
iniciado el tratamiento, con
niveles que no constituyeron indicación para suspensión de tratamiento. En
controles posteriores los niveles de transaminasas
se normalizaron.
Su evolución fue rápida hacia
la mejoría una vez iniciado el tratamiento. Se realizaron controles programados
en los cuales se evidenciaron mejoras
clínicas e imagenológicas (Figuras 7a y 7b, 8a y 8b).
La pandemia del COVID-19 no sólo significó un enorme reto sanitario sino también socioeconómico ya que retrasó el crecimiento económico, aumentó las tasas de desempleo, pobreza y desnutrición, factores ya conocidos que pueden aumentar la susceptibilidad a la infección, desarrollo de enfermedad y severidad por tuberculosis6,26. El acceso a los servicios de salud se vio mermado por la suspensión temporal del primer nivel de atención y de los consultorios externos de los hospitales, también porque muchas personas con síntomas leves o enfermedades crónicas evitan acercarse a establecimientos de salud por temor a un probable contagio del virus SARS-CoV-2 o para no contribuir al colapso de los servicios.27 Todo esto contribuyó a un retraso en el diagnóstico que genera una mayor propagación de la infección, mayor frecuencia de presentaciones severas, extrapulmonares y menor cantidad de casos reportados, aunque es difícil dilucidar si esto refleja una verdadera menor incidencia o un menor acceso a los servicios diagnósticos de la tuberculosis.27
Figuras 7a y 7b. Cicatriz en la rodilla derecha
a los 3 meses de tratamiento y radiografía a los cinco meses de tratamiento.
Figura 8a y 8b. Signos
de meningitis tuberculosa en la región supraquiasmática, cisura de Silvio y hoz
del cerebro que han disminuido en su magnitud. Focos de encefalomalacia
e infartos lacunares en el cuerpo calloso, en la rodilla de la cápsula interna
derecha y en el tálamo izquierdo, probablemente secundarios a secuelas
vasculares de la enfermedad de fondo. Las arterias cerebrales anteriores y
medias han disminuido en sus alteraciones. El resto del encéfalo es de aspecto
normal.
La presentación
de tuberculosis miliar como monoartritis crónica requiere de un alto índice de
sospecha diagnóstica debido a su muy
baja frecuencia y al retraso inherente que éste implica empeorado por la actual
pandemia del COVID-19.27,28
En conclusión,
la tuberculosis osteoarticular es una infección prevalente en nuestro entorno
y debe ser tomada en cuenta
en nuestro país como una causa de monoartritis crónica infecciosa. La
precocidad en el diagnóstico es imprescindible para evitar la diseminación
hematógena y complicaciones de los
órganos comprometidos. En nuestro
paciente, la diseminación multisistémica del
Mycobacterium tuberculosis presentó un cuadro clínico
florido que hicieron aún más complicado el diagnóstico.
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AGRADECIMIENTO: Al Dr. Isthvan Torres Pérez, Anatomo-patólogo, Unilabs
Pathology Diagnostics Services S.A.C., Lima, Perú.
CORRESPONDENCIA:
Robert Cumpa-Quiroz robertcumpa@gmail.com
Fecha de recepción: 12-12-2021.
Fecha de aceptación: 28-03-2022.
Conflicto de interés: ninguno, según
los autores.
Financiamiento: por los autores.
CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES: Manejo
del paciente y concepción del reporte (Cumpa), recolección de la información
(Maggi y Carpio), redacción del texto y aprobación final (Cumpa, Maggi y
Carpio).